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En nuestro blog, nos gusta contaros las historias de las
personas que se benefician gracias a vosotros a través de nuestra Asociación.
En el mes de marzo os contamos cómo habíamos reparado la
choza de Kuleshari  y hoy nuestra trabajadora social, Mala Devi, estuvo hablando
con ella.
 Kuleshari Devi es una de los miembros de nuestro programa Dada-Dadi .
(Dada-Dadi significa abuelo/abuela en
hindi).
 La Fundación Reale financia este programa
desde hace dos años, el Programa Dada-Dadi,  de ayuda a los mayores y discapacitados.
Esta es la historia de KULESHARI DEVI contada por ella misma, os daréis cuenta qué importante es la ayuda que recibe:
Yo nací en una aldea
llamada Shilauja. Tenía tres hermanas pero una murió temprano. Tenía un hermano
pero murió de tuberculosis. Mi padre trabajaba como bracero en el campo de las
tierras de otros. Me casaron con 12 años, todavía una niña. Tuve tres hijos y tres
hijas. Mis tres  hijos murieron con solo 8, 9 y 10 años, y mis hijas se casaron también muy temprano con 11 y 12 años ya
que mi marido y yo no podíamos pagar las dotes, por eso ahora estoy sola al
quedarme sin hijos varones que me cuiden.


Mi marido se llamaba
Sama Manjhi y me quería muchísimo. El nunca permitió que yo fuera a trabajar
duro al campo o traer cántaros de agua pesados o hacer cualquier trabajo
difícil. Siempre cuidaba de mi y me trataba siempre muy bien. Cuando me ponía
enferma él me cuidaba y cocinaba para mi. Nunca nos peleábamos pues nos
queríamos mucho. Tuve mucha suerte que fuera mi marido. Mi marido murió muy joven
después de casar a mis hijas, debido a unas hemorragias, murió desangrado. No teníamos suficiente
dinero para pagar su tratamiento y así me quedé sola.



Empecé a trabajar y
siempre ayudé a quien pude cuando estaban enfermos, solía ir a cuidar de ellos
y a limpiar sus casas. A todo aquel que venía a mi casa le daba comida.
Siempre pensé que Bhagavan (Dios) me mandó aquí para hacer algo bueno.


Los años pasaron y
cada vez se me hacía más difícil trabajar en el campo pues me hice vieja, así que tuve que empezar
también a mendigar. Entonces un vecino llamado Nanku me contó sobre el programa
Dada-Dadi y fui a ver a “Raquel sister”. Tomó mi nombre y después de una semana
empecé a recibir comida, mantas, ropa, aceite para mi viejo cuerpo, una cama…
Cuando hubo disturbios en el pueblo y quemaron mi casa, me dieron un
saco lleno de arroz, trigo,patatas y 4000 rupias para reparar los destrozos.

“Raquel sister” y la
ONG Akshy me han ayudado muchísimo y todavía me están ayudando mucho ya que
ahora han reconstruido mi casa de barro y puesto tejas en el tejado con lo cual
no tendré más goteras y podré dormir tranquila. Ella es como mi madre, incluso ni mi madre hizo lo que
ella y la ONG están haciendo por mi. Siempre rezo para que nunca caiga enferma
y pido a Dios que cualquier enfermedad me la dé a mi. La quiero mucho. Ella y
la ONG Akshy son mi “Malakini”, mis benefactores.”






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