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Castas en India

Las castas o «Varnas» son la base de la estructura social en la India y ha existido desde hace 3000 años. Las cuatro castas básicas son:
Los brahmanes, los kshatriyas, los vaishya y los sudras.
Se dice que los brahmanes emergieron de la boca de Brahma, los kshatriyas vinieron de los brazos, los vaishyas de las piernas y los sudras de los pies. Debajo de estas castas están los Dalits o «intocables».
La pertenencia a una casta u otra viene marcada desde el nacimiento y se trasmite de generación en generación, siendo imposible para una persona cambiar de casta a lo largo de su vida. Como se cree en la transmigraron y la doctrina del karma, en donde uno recoge los frutos de sus acciones en esta o en otras vidas, cada persona nace en la casta que le corresponde según sus acciones anteriores. Solo mediante la sucesión de reencarnaciones se puede ir avanzando (o retrocediendo) en este estatus. Mediante el cumplimiento de la conducta ideal de su posición el hombre puede alcanza la perfección y reencarnarse en un estado superior. Cada casta tiene sus deberes y ética propios que se rigen por las Leyes de Manu.

Las comunidades sociales que organizan realmente la sociedad india son los Jatis (subdivisiones de los Varnas o castas)
Hay miles de Jatis en India, son las protagonistas de la vida social, económica y política del país. Todo se regula mediante un complejo sistema de privilegios y obligaciones para cada casta. El barbero acude a cortar el pelo y a afeitar a las demás familias,
El dhobi lava la ropa de los demás, el carpintero construye arados y puertas, cuando hay alguna ceremonia se llama al brahmán.
Los Jatis son endogamias, sus miembros solo pueden casarse con personas de la misma jati. Además de haber heredado la casta o Jati, cada persona ha absorbido en su infancia los valores y normas de cada casta. La Jati es una gran familia, después de la familia, la jati es la comunidad que integra al individuo en la sociedad. Esta proporciona seguridad. Las jatis son solidarias, los demás miembros ayudan en bodas, funerales, controlan la forma de vivir de sus miembros pero también les ofrecen apoyo cuando lo necesitan. La Jaties junto a la familia la principal referencia de las personas y toda su vida se ve condicionada por ella, sus relaciones sociales, su profesión, su matrimonio.

Por debajo de estas cuatro castas están los excluidos, llamados «intocables» porque su contacto físico era evitado ya que constituyen el estrato más bajo de la sociedad. Son personas consideradas impuras por nacimiento y por lo tanto no dignas de ocupar un puesto en el legendario sistema de castas. Gandhi los llamo harijans, hijos de dios, pero prefieren llamarse Dalits (Oprimidos) Su trabajo habitual y forma de vida les han estigmatizado. Son intocables los que realizan las cremaciones por su contacto con los cadáveres, los trabajadores del cuero, pues el cuero es piel de animales muertos y es considerado impuro, los lavanderos, pues entre otras cosas lavan la sangre de la menstruación, los barrenderos porque están en contacto con la basura. Sus costumbres son mucho más laxas. Son comunes entre muchos de ellos el alcoholismo, la promiscuidad sexual y la falta de limpieza. Es un circulo vicioso, donde estas costumbres les impiden a menudo ser bien considerados por los demás y esta falta de respeto mantiene a su vez esta forma de vida.

En los pueblos estas jatis viven aparte de los demás formando su propia sociedad. A menudo no se les deja utilizar los mismos pozos que el resto del pueblo y hasta hace poco tenían prohibida la entrada en los templos. El contacto físico con uno de ellos debía limpiarse con un baño. Aunque la situación ha cambiado mucho en este respecto, sobre todo en ciudades, no hay duda de que son maltratados en general y a menudo ocupan los puestos laborales más bajos.
Por eso en estados como Bihar, uno de los más atrasados de la India, grandes cantidades de dalits son obreros agrícolas sin tierra, constituyendo enormes masas que viven en la pobreza y explotación.

Las personas «intocables» son víctimas de violaciones, linchamientos o asesinato por parte de miembros de castas superiores.
Cerca del 90% de las personas pobres y el 95% de las analfabetas en la India son dalits. Unos 40 millones de personas trabajan forzosamente para pagar deudas contraídas tiempo atrás. De los 40 millones, 15 millones son niños y niñas que trabajan en condiciones de semiesclavitud por míseros salarios. La mitad de los niños dalits (y el 64% de las niñas) no puede terminar la educación primaria debido al rechazo por parte de los profesores. Los crímenes contra las mujeres «intocables» son especialmente duros. A menudo son violadas o golpeadas por hombres de castas superiores, terratenientes y policías, ellas no tienen ningún derecho.

Bihar, es el estado más poblado de la India, 82 millones de habitantes en una extensión equivalente a la mitad de Alemania. Este estado se encuentra sumergido en un caos económico y con tensiones sociales. Es el estado con mayor índice de criminalidad (14asesinatos diarios y un secuestro cada 4 horas)
Los intocables representan el 15% de la población del Estado, pero poseen menos del 2% de las tierras cultivadas. Esta desigualad ocasiona tensiones sociales que dan lugar a frecuentes choques entre propietarios de tierras y los jornaleros dalits.
Bihar cuenta con el índice de alfabetización y la renta per cápita más bajos del país, y es el estado más atrasado de la india. A veces recorren kilómetros en busca de trabajo para ganar 50 rupias y estos trabajos solo existen durante 4 meses, el resto no hay más que hambre y miseria.
Asistir a la escuela no quiere decir que se reciba educación. Con frecuencia la escuela está cerrada ya que el maestro, un terrateniente de una aldea vecina, prefiere dedicarse a supervisar las faenas agrícolas u otros negocios que a enseñar los niños.

Aunque la constitución India de 1950 prohíbe la discriminación de castas, así como la práctica de la insociabilidad, las atrocidades contra los intocables son muy comunes. Aunque los Dalits tengan reservado un 22% de los trabajos del Estado, plazas en las universidades y algunos otros privilegios, en las zonas rurales o Estados como Bihar las injusticias en los dalits están a la orden del día.

Es por todo esto que si bien respetamos las tradiciones indias y comprendemos lo arraigadas que están sus creencias, queremos dar la oportunidad a los niños dalits a recibir una formación y a ser personas dignas a través de la educación y de nuestra escuela.